Censura y creación literaria I. Entrevistas a Antonio Ferres y Juan Mollá
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Résumé
Todas las obras literarias que se publicaron en España entre los años 1938 y 1978 debieron someterse a la inspección de la censura franquista. Amparados por dos leyes de prensa sucesivas (una de 1938 a 1966 y otra de 1966 a 1978), los censores que trabajaban para el Ministerio de Información y Turismo –organismo responsable de este sistema de vigilancia y represión– se encargaban de leer los manuscritos que les enviaban las editoriales teniendo que emitir un informe al respecto, además de proponer una de las siguientes resoluciones: a) su autorización íntegra; b) su autorización con tachaduras, práctica muy común en tanto que se eliminaban las palabras y los pasajes considerados de mayor conflictividad; o c) su denegación, siendo esta más que probable si entendían que el texto en su totalidad constituía un ataque al dogma religioso, a la moral católica, a la Iglesia o a sus Ministros, al régimen, a sus instituciones y a sus colaboradores. Los expedientes de censura que contienen estos informes se encuentran, a disposición pública, en el Archivo General de la Administración, en Alcalá de Henares (Madrid).
En el año 2018, animadas por el profesor Fernando Larraz y como punto de apoyo para basar nuestras respectivas investigaciones –directamente relacionadas con la censura editorial franquista–, elaboramos un cuestionario formado por varias preguntas que abarcaban diversos aspectos generales, si bien luego se concretaban para acercarse a la trayectoria literaria de cada autor de forma específica. El objetivo principal era conocer de primera mano cómo vivieron los escritores esa problemática y cómo afectó a sus obras. Esos testimonios se configurarían así como una fuente oral para nuestros trabajos. Decidimos entonces entrevistarnos con autores que hubieran sufrido en sus trayectorias literarias el trato con la censura, dificultando que los lectores españoles pudieran leer sus textos tal y como fueron concebidos originalmente. Tras ponernos en contacto con ellos, tanto Antonio Ferres como Juan Mollá accedieron amablemente a entrevistarse con nosotras en persona en marzo del mismo año. Los dos, además de pertenecer a una misma franja generacional, comenzaron a publicar su obra narrativa en 1959 –Ferres con La piqueta y Mollá con Sueño de sombra (en colaboración con Víctor Alperi)– y tuvieron que acogerse en sus inicios en el mundo literario a la primera ley de prensa franquista. Sus siguientes textos debieron someterse también a la Ley de Prensa e Imprenta de 1966, por lo que no pudieron ver la luz con total libertad hasta los años ochenta del siglo pasado.
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